No es un gran secreto los nervios que produce en algunos de nosotros un viaje en avión… ¡En especial si se trata del primero!
Aquellos enormes «pájaros de metal» que nos permiten alcanzar enormes distancias en pocas horas, también pueden una gran angustia hasta el punto de no querer realizar un viaje solo por este pequeño/gran inconveniente.
¡Pero no desesperen! Aquí les traemos una serie de consejos que les ayudará a poder finalmente realizar ese viaje soñado o estar un poco más tranquilo ante esa señal de «mantener su cinturón abrochado»… ¡y de la mano de una propia azafata, Arantza de Castro! Que nos trae su mejores tips con cientos de horas de vuelo… y muchas experiencias.
Viaja en el asiento más cómodo posible para ti
Si, puede sonar como algo obvio, pero… ¿Cuál es TÚ asiento más cómodo dentro de un avión? Castro comenta que aquellos se suelen ser más inquietos, o van al baño con mucha frecuencia, podrían preferir un asiento que quede al costado del pasillo y así posibilitar un mejor movimiento. Por otro lado, a quienes prefieren dormir (o intentarlo), la mejor opción es al lado de la ventana.
Y como dato, si deseas viajar con más espacio, existen butacas con mayor área de movilidad, como las que están ubicadas en las salidas de emergencia, aunque conllevan responsabilidades adicionales por supuesto en caso de una eventualidad.
Vístete con ropa cómoda
Puede que en vuelos cortos esto no sea algo de mucha relevancia, pero en aquellos que tardan muchas horas, podría marcar la diferencia entre una buena y horrible experiencia. El mejor consejo aquí es llevar capas de ropa; así, ante una baja de temperatura de puedas abrigar con más de ellas, y si la temperatura sube, puedes quedarte con menos.
Recuerda que viajes largos pueden tener muchas horas de espera, adicional a las de vuelo, y estancias largas en aeropuertos. Tenlo presente.
Moverse en el asiento
En viajes extenso esto es de vital importancia, incluso evitando problemas de salud al mediano plazo.
Cada dos horas de vuelo, al menos, debes de levantarte y caminar un poco; ayudando así a la circulación.
El no moverse las piernas y dejarlas muchas horas en una misma posición, aplica también en el trabajo, puede llevar a la producción de trombos, poniendo en riesgo nuestra salud. Recuerda siempre moverte y caminar de tanto en tanto.
Dormir durante el vuelo
Sin duda la mejor manera de llegar rápido a destino y matar el tiempo, es lograr hacer una siesta en vuelo. Para alguno, esto es una tarea prácticamente imposible, pero algunas cosas podrían ayudarte a lograr ese sueño reparador tan necesario.
La recomendación aquí, es llevar una almohada de cuello (Las puedes conseguir en los mismos aeropuertos), un antifaz y tapones para los oídos. Respirar de forma serena y pausada, por algunos minutos antes de intentar dormir, también pueden ayudar a la relajación y así mejorar las horas de sueño.